• Alucinaciones y delirios olfatorios

    El origen de estos fenómenos suele ser central, no obstante pueden aparecer en sujetos sanos, siendo esta circunstancia la menos frecuente. Los pacientes sufren la percepción de olores que no son reales o que no están presentes (Chacón J et al; 2009). En general, son las menos frecuentes de las manifestaciones psicosensoriales, muy por detrás de las alucinaciones visuales y auditivas y suelen asociarse a alucinaciones de tipo gustativo, en ocasiones pueden dar lugar a delirios interpretativos difíciles de influir (Martzke JS et al; 1997). El sujeto puede llegar a rechazar los alimentos por percibir olores extraños en los mismos (cree que se le está envenenando) y otras veces huele gases raros que cree que son producidos por sus enemigos. En muchas circunstancias el paciente piensa que esos olores surgen de su propio cuerpo (Martzke JS et al; 1997).
     
    Podemos clasificarlas de diferentes modos: las hay simples y aisladas o bien, asociadas a otras alucinaciones (frecuentemente alucinaciones gustativas y táctiles). Además pueden ser primarias y de ellas surgir otros síntomas; o secundarias, generalmente desarrolladas a partir de un síndrome delirante (Luque R; 2003). Del mismo modo pueden ser constantes (continuas) o esporádicas (aparecen puntualmente). Respecto al contenido, las hay agradables (lo más frecuente: olores de esencias o de flores, perfumes, etc) o desagradables (olores de gas, azufre, sustancias químicas, pestilentes, putrefactas, etc); otras poseen un carácter neutro (olores insólitos, vapores de estación de ferrocarril, comidas, etc) o indefinido (olores nunca antes percibidos, misteriosos, con una carga emocional asociada, etc). Según su repercusión se pueden clasificar en nocivas o peligrosas, repulsivas, místicas, sexuales, etc (Luque R; 2003). Además por su localización pueden ser externas o autolfativas (el olor procede del propio sujeto). Por su naturaleza distinguimos las eidolias olfativas, que son aquellos fenómenos olfativos parciales sin ideas delirantes, propios de procesos neurológicos como las crisis uncinadas, que suelen acompañarse de síntomas vegetativos y alteraciones sensitivas y motoras, habitualmente breves (Luque R; 2003); y alucinaciones olfativas delirantes, propias de la patología psiquiátrica (la psicosis alucinatoria crónica, la esquizofrenia, el síndrome de referencia olfatorio, estados neuróticos y el delirio olfativo).
     
    Bibliografía:
    Chacón J, Morales JM, Jiménez JA (2009). Patología de la olfacción. Olfatometría. Manejo de los problemas olfativos. En: Scolla B, Ortega P (Eds), Libro virtual de formación en ORL, (pp 1-14). Madrid: Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cervico-Facial.
    Luque R (2003). Alucinaciones olfativas: análisis histórico y clínico. Archivos de psiquiatría. 66 (3): 213-230.
    Martzke JS, Kopala LC, Good KP (1997). Olfactory dysfunction in neuropsychiatric disorders. Review and methodological considerations. Biol Psychiatry. 42: 271-32.