• Epidemiología del estatus epiléptico

     Al igual que sucede con las crisis epilépticas, los EE son más frecuentes en población infantil y ancianos. La prevalencia en la infancia es de 400-800 casos/100.000 con una incidencia de 10-58/100.000 en el grupo de menores de 18 años, siendo máxima en niños hasta los 2 años. (Appleton, 2000). En el adulto la prevalencia se sitúa entre 10-41/100.000 y se considera que la incidencia del EE en mayores de 60 años es el doble que en la población general, y varia según los estudios entre 54’5-86/100.000/año, cifras solo superadas por la población infantil (Waterhouse, 2001). Cuando la población anciana se subdivide en décadas, en el grupo comprendido entre los 70 y 79 años esta incidencia alcanza 100/100.000/año, con una prevalencia global estimada en mayores de 60 años de 117/100.000 habitantes. Estudios poblacionales retrospectivos calculan que casi el 0,4% de la población mayor de 75 años ha padecido un EE. En la mitad de los casos (56%) no se encuentran antecedentes de epilepsia. Predominan los varones, que doblan en algunos estudios la incidencia femenina, debido a la diferente distribución de los principales factores etiológicos (enfermedad cerebrovascular, TCE, infecciones). Por otra parte, hallazgos experimentales sugieren un distinto umbral convulsivo entre ambos sexos (Tejeiro, 2003). En pacientes mayores de 60 años, la primera crisis se puede manifestar como un EE en el 30% de los casos (Sirven, 1998).


    Aunque no es fácil establecer la frecuencia del EE refractario dada la heterogeneidad de definiciones (falta de respuesta a 2 o 3 fármacos, duración mayor de una o dos horas) y tipo de pacientes incluidos, se produce entre el 9 –40% de los casos de EE (Mayer, 2002).


    El estatus epiléptico no convulsivo (ENC) es una entidad clínica relativamente joven en su reconocimiento y diagnóstico, representando en algunas series el 20% de la totalidad de los estatus epilépticos (Krumholz, 1999). Revisiones más recientes elevan esta cifra a hasta el 50% de la totalidad de los estatus epilépticos. De ellos, la mayoría son EE de tipo parcial complejo (Rosenow, 2007).


    Por etiologías, en la infancia predominan los estatus febriles, en más del 52% de los casos, seguidos por EE relacionados con causas remotas sintomáticas y niveles insuficientes de fármacos antiepilépticos. En el adulto los EE de crisis parciales son los más frecuentes y se relacionan con causas remotas sintomáticas. En el estudio epidemiológico de Richmond casi la mitad de los EE del adulto se deben a daño cerebrovascular agudo o remoto. En ancianos, en la mayoría de los casos, la etiología del EE es vascular (De Lorenzo, 1996)

     

    BIBLIOGRAFÍA
    Appleton R, Choonara I, Martland T et al. The treatment of convulsive status epilepticus in children. The status epilepticus Working party. Arch Dis Child 2000;83:415-19.
    Waterhouse EJ and De Lorenzo RJ. Status Epilepticus in Older Patients: Epidemiology and treatment options. Drugs & Aging 2001; 18(2): 133-142.
    Tejeiro J, Gómez Serrano B. Status epilepticus. Rev Neurol 2003;36:661-79
    Sirven JI. Epilepsy in older adults: Causes, consequences and treatment. JAGS 1998; 46:1291-1301.
    Krumholz A. Epidemiology and evidence for morbidity of nonconvulsive status epilepticus. J. Clin Neurophysiol July 1999; Vol 16(4): 314-322
    Rosenow , Hamer HM, and Knake S. The epidemiology of convulsive and nonconvulsive status epilepticus. Epilepsia 2007; 48 Suppl(8):S82-84
    Mayer SA, Claassen J, Lokin J, Mendelsohn F, Dennis L, Fitzsimmons B. Refractory status epilepticus. Arch Neurol 2002;59:205-10.
    De Lorenzo RJ, Towne AR, Ko D et al. Prospective population-based epidemiological study of status epilepticus in Richmond, VA. Neurology 1996;46:1029-32