Introducción a los trastornos de la termorregulación
La temperatura del cuerpo humano es controlada por un sistema termorregulador mediado por el hipotálamo, auténtico termostato que regula el balance entre la producción y liberación del calor, y así mantiene un estado de isotermia en torno a los 37ºC (Daniel; 2009). No obstante, en el mantenimiento de la temperatura también interviene el sistema nervioso periférico, por lo que lesiones a ambos niveles (central y periférico) conduce a trastornos en la termorregulación. Al mismo tiempo, nuestro sistema nervioso es muy sensible a los cambios de temperatura corporal, lo cual da lugar a múltiples síntomas neurológicos. (Douglas;2001)
TERMORREGULACIÓN. ANATOMÍA
La temperatura corporal se mantiene en un estrecho margen en torno a los 37ºC con oscilaciones circadianas (37.2ºC por la mañana, hasta 37.8ºC al atardecer) (Yeketarina et al; 2008). Esta homeostasis térmica está regulada por estructuras centrales, entre las que destaca el área hipotalámica compuesta por el núcleo préoptico-hipotálamo anterior (NPHA) que es el centro termostato por excelencia, núcleo dorsomedial del hipotálamo, sustancia gris periacueductal o los núcleos del rafe (Bolaunt; 2000). El NPHA recibe información procedente de una vía aferente, elabora una respuesta y la transmite a través de una vía eferente.
La vía aferente parte de los termorreceptores periféricos (cutáneos, vasculares y víscerales) con la procedente de termorreceptores centrales (médula, tálamo, hipotálamo y núcleos trigeminales). Los termorreceptores periféricos envían impulsos a través de las fibras sensitivas finas tipo C que alcanzan la médula a través del ganglio dorsal, ascienden por el hasta dorsal medular (haz espinotalámico) hasta el tálamo y de ahí parten hasta el hipotálamo.
La vía eferente parte del hipotálamo, viaja a través de tronco del encéfalo y columna intermedio-lateral de la médula (fibra pregangliónica) de donde parte hacia la cadena simpática laterovertebral alcanzando por último la glándulas sudoríparas ecrinas y vasos (fibra postgangliónica).
TERMORREGULACIÓN. FISIOLOGÍA
El NPHA contiene neuronas sensibles al frío y al calor siendo estas últimas las que integran la información procedente de la vía aferente (piel, vísceras) y de los termorrecepores centrales. Una vez elaborada la respuesta, estas neuronas pueden aumentar su actividad provocando la pérdida de calor, o disminuirla provocando la retención de calor (Benarroch; 2007). La pérdida de calor se consigue mediante la activación del sistema nervioso simpático (activación de sudoración y vasodilatación). La retención de calor se lleva a cabo gracias a una disminución de actividad de las neuronas sensibles al calor hipotalámicas y a una deshinibición del núcleo dorsomedial del hipotálamo, sustancia gris periacueductal y núcleos del rafe que conducen a una conservación del calor mediante varios mecanismos:
.- Autonómicos: estimulando la vasoconstricción y producción de calor ya sea mediante la provocación de escalofríos, piloerección o estimulación de la termogénesis mitocondrial a nivel de la grasa parda (ausente en adultos).
.- Conductuales: ingesta de líquidos calientes, abrigarse, etc.
BIBLIOGRAFÍA
Benarroch E (2007). Thermorregulation: recent concepts and remaining questions. Neurology (69) 1293-1297.
Boulant J (2000). Role of the preoptic-anterior hypothalamus in thermoregulation and fever. Clinical Infectious Disease (31) S157-161.
Daniel I (2009). Thermorregulatory defense mechanism. Crit Care Med Vol 37 No.7 203-210.
Douglas J (2001). Abnormalities of thermal regulation and the nervous system. En: Aminoff M (Ed). Neurology in General Medicine (pp 925-938). Philadelphia: Churchill Livingstone.
Yekaterina K, Michael N (2008). Temperature management in acute neurologic disorders. Neurol Clin (26) 585-603.
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