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Fecha publicación: 18-05-2015
Autor: Ángel Fernández Díaz

 

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 Tras un recorrido cuando menos tortuoso, parece que las evidencias de los últimos estudios confirman la eficacia de la terapéutica endovascular en el manejo del ictus agudo con oclusión de gran vaso.
Ya desde los tiempos del PROACT-II la existencia de una mejoría en las tasas de recanalización del vaso eran apreciables, si bien en muchos de los estudios esto no se traducía en una repercusión clínica o funcional evidente; por ese motivo, durante muchos años la etiqueta de “se necesitan más evidencias en torno al uso de terapia endovascular en el ictus agudo”, se mantenía frente a viento y marea.

A finales del año pasado, se hacía un resumen de los últimos estudios que se habían publicado (IMS-III, Synthesis, Rescue), donde nuevamente no se comprobaba una evidencia de utilidad de la citada técnica. No obstante, problemas metodológicos (periodos de inclusión de varios años, empleo de dispositivos antiguos, ausencia de homogeneización en el empleo de los mismos…) podían estar falseando los resultados.
Este panorama ha dado un vuelco considerable con la aparición de MR CLEAN, estudio llevado a cabo en Países Bajos, donde se han obtenido en pacientes con ictus de circulación anterior  y oclusión de gran vaso una mejoría en las tasas de recanalización de arteria, mejoría clínica y funcional, así como número de muertes, en aquellos pacientes asignados a la rama de terapia endovascular.
Todo lo anterior había sido ya percibido e incluso aplicado en protocolos de diversas Unidades de Neurología en los años previos. Los protocolos de 2007 del Hospital del Mar o el trabajo más reciente de Leciñana y cols. en 2013 trataban de mostrar un abordaje racional (y adecuado a nuestro parecer) de la atención del paciente con ictus agudo a la hora de considerar la terapia endovascular en aquellos pacientes donde se sospecha oclusión de gran vaso. En este sentido, la elaboración de escalas de screening como la RACE son un paso útil que podría permitir la derivación de estos pacientes a un centro de referencia en terapia endovascular de modo “directo”, evitando cortocircuitos innecesarios.
Ante esta situación, se hace necesario el establecimiento de nuevos protocolos de actuación que permitan definir en cada Comunidad una Atención eficaz, en base a recursos y disponibilidades. Entendemos que esto solamente será posible si la SEN, a través del GEECV y con la colaboración de las diferentes Sociedades Neurológicas Autonómicas, asume la necesidad de considerar esta parcela como una cuestión a solventar lo más precozmente posible.