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Nervio circunflejo o axilar (C5-C6) |
RESUMEN: El nervio circunflejo o axilar (C5-C6) inerva los músculos deltoides y redondo menor, y recoge la sensibilidad de la cara lateral superior del brazo. Su lesión suele ser de origen traumático y provoca debilidad en la abdución del brazo, siendo menos evidente El déficit motor para la rotación externa del brazo. El trastorno de la sensibilidad es máximo en el borde superior del deltoides
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Semiología de las lesiones del nervio ciático mayor |
A NIVEL PROXIMAL el nervio ciático puede ser vulnerable de atrapamiento en el plexo sacro, pelvis, región glútea o en escotadura ciática. La mayoría de las lesiones del nervio ciático se producen por traumatismos o fracturas desplazadas de cadera (Fassler et al; 1993), hematomas en el compartimento posterior del muslo, inyecciones intramusculares, complicaciones tras cirugía de reemplazo de cadera o infecciones, como por ejemplo herpes simple o zoster (Kline et al; 1998). |
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Semiología de la lesión del nervio radial en el canal de torsión del húmero |
La etiología más frecuente suele ser la compresiva. Puede ocurrir en situaciones que combinan malposición y bajo nivel de conciencia como la cirugía, la intoxicación etílica o el sueño abrazado de los amantes. Otra causa frecuente es la fractura humeral. |
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Semiología de la lesión de los nervios digitales dorsales del nervio radial |
Se producen por traumatismos repetitivos como en determinadas actividades laborales o el uso de instrumentos musicales. Otras posibilidades son patología articular y tendinosa local (Brazis et al 2007). Los síntomas serán dolor y parestesias en el territorio correspondiente, siendo más frecuente la cara radial de la falange distal del pulgar (como por ejemplo por el uso de tijeras), que el lado cubital del dedo pulgar. (Brazis et al; 2007) (Mumenthaler et al; 1974) |
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Síndrome de Millard-Gubler |
Se produce por lesión de la protuberancia ventrocaudal. Se afectan las siguientes estructuras: - Vía piramidal: produciendo hemiplejia contralateral con respeto de la cara - Núcleo del VI par: dando lugar a paresia del recto lateral con diplopia horizontal cuando el paciente mira hacia el lado de la lesión. - Núcleo del VII par: originando paresia facial ipsilateral a la lesión. |
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Clasificación internacional de los trastornos del sueño |
La Clasificación Internacional de los Trastornos del Sueño (International Classification of Sleep Disorders o ICSD) distingue tres grandes grupos de enfermedades del sueño: disomnias, parasomnias (trastornos patológicos que suceden durante el sueño) y trastornos psiquiátricos del sueño.
Disomnias |
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Acinesia |
Se conoce como acinesia a la incapacidad para iniciar un movimiento cuando este movimiento es preciso. Son muchas las razones por las que un organismo puede ser incapaz de iniciar un movimiento. Las que se deben a trastornos de comprensión, atención, percepción y sensorio no deben denominarse acinesia. La disfunción del sistema motor, incluida la unidad motora (motoneurona inferior, unión mioneural y músculo) y la motoneurona superior (sistema piramidal o corticoespinal) causa debilidad, no acinesia. |
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Debilidad muscular y marcha |
Ante la presencia de debilidad muscular se pueden producir distintos tipo de marcha: - La marcha miopática o balanceante. |
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Tratamiento farmacológico de los síntomas conductuales |
Como ya se ha comentado previamente, los pacientes con daño cerebral presentan cambios de la personalidad y de su estado de ánimo, a menudo más evidentes que las manifestaciones cognitivas; a menudo su presencia dificulta o hace impracticable el tratamiento neurorrehabilitador. En este apartado se describen las terapias farmacológicas para los trastornos más frecuentes. Debemos insistir de nuevo en que las medidas farmacológicas constituyen sólo un aspecto de la atención global del paciente. |
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Uso y abuso de antipsicóticos en pacientes con demencia |
Los trastornos neuropsiquiatricos son muy frecuentes en los pacientes con demencia, en el estudio de Cummings (Cummings Jl 1997) hasta el 92% de los sujetos con demencia desarrollaban al menos un síntoma a lo largo de la enfermedad y hasta el 51 % presentaban 4 o más síntomas conductuales. Es conocido que la presencia de este tipo de síntomas lleva a que los pacientes presenten una mayor poli-medicación, una mayor tasa de institucionalización, una elevada sobrecarga del cuidador y, finalmente, un pronóstico más desfavorable en el curso de la enfermedad neurodegenerativa. Por lo tanto, el clínico que se enfrenta a estos problemas tiene el reto de tener que controlarlos mediante el empleo de la medicación a su alcance.
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