Neurocasos

Coautores: 
Antonio Barbosa. . Servicio de Radiología, Hospital Sanitas la Moraleja. Madrid , España.
Maria Angeles Aranda. Servicio de Neurología, Hospital Sanitas la Moraleja. Madrid , España.
Esteban Peña. Servicio de Neurología, Hospital Sanitas la Moraleja. Madrid , España.
Cristina Fernández. Servicio de Neurología, Hospital Sanitas la Moraleja. Madrid , España.

Mujer de 49 años que consulta por síncope. En seguimiento por ginecología por mioma uterino sin otros antecedentes personales de interés. Analíticas realizadas durante el seguimiento normales salvo muy discreta anemia en tratamiento con ferroterapia e hipopotasemia los dos meses previos ( 2, 6 – 3 mmol/l). Exploración en urgencias: TA 151/84, muy leve inestabilidad en maniobra de Romberg y dudosa dismetría en extremidades derechas, siendo el resto de la exploración general y neurológica normales.

Referencias
Discusión clínica del caso: 

El Síndrome de Desmielinización Osmótica, término general utilizado para la mielinolisis central pontina y extrapontina , es una complicación suficientemente conocida del tratamiento del paciente con hiponatremia severa y prolongada , especialmente cuando se corrige rápidamente. Determinadas condiciones pueden aumentar el riesgo de presentación como el alcoholismo crónico, malnutrición, uso prolongado de diuréticos o fallo hepático (1).
Se ha descrito también en el tratamiento de la hipernatremia y en pacientes con un período prolongado de hiperosmolaridad sérica así como en algunos casos de hipopotasemia (2, 3) sin cambios significativos en la natremia como en el caso presentado.
La afectación extrapontina ocurre en al menos el 10% de los casos , con afectación predominante de ganglios basales y tálamo y la clínica depende de la localización de las lesiones . Llama la atención en el caso presentado la prácticamente nula expresión clínica  a pesar de las extensas lesiones radiológicas así como la rápida mejoría de éstas tras la corrección de la hipopotasemia.

Bibliografia: 

1.- King JD, Rosner MH. Osmotic demyelinization syndrome. Am J Med Sci 2010; 339: 561-567.


2.- Shintani M, Yamashita M, Nakario A, Aotani D, Maede K, Yamamoto T , et al. Central pontine and extrapontine myelinolysis associated with type 2 diabetic patient with hypocalemia . Diabetic Res Clin Pract 2005; 68:75-80.


3.- Korchi H, Yoko O, Norihiko S, Honaki Y. Extensive central and extrapontine myelinolysis in a case of chronic alcoholism without hyponatremia: a case report with analysis of serial MR findings. Int Med 2008; 47: 431-435.

Coautores: 
Sergio Merino Hernando
Cristina Buelta González

La cefalea supone uno de los motivos de consulta más frecuentes desde el punto de vista neurológico en los Servicios de Urgencias. Por tanto, es de suponer que un porcentaje de las mismas tendrán relación con patología grave o que pudieran precisar el ingreso para realización de pruebas complementarias específicas. Presentamos el caso de una paciente que mostraba un cuadro de cefalea etiquetada de tensional cuyo diagnóstico final fue muy distinto.

Referencias
Discusión clínica del caso: 

Evolución:
Informada la paciente de su diagnóstico, se le recomendó ingesta de líquidos abundantes y cafeína. Solicitamos valoración neuroquirúrgica, quienes optaron por un manejo conservador y búsqueda de fuga de LCR mediante RMN que resultó normal. En revisiones posteriores la paciente mejoró progresivamente hasta quedar asintomática. La RMN mostró claramente una mejoría de los hallazgos radiológicos.


Comentario:
La cefalea supone un motivo de consulta frecuente en nuestros Servicios de Urgencias y si bien en numerosas ocasiones traduce una descompensación de una cefalea primaria, no debemos pasar por alto la posibilidad de que se trate de un proceso con posible morbimortalidad asociada.


En el caso que nos ocupa, se etiquetó a la paciente de una cefalea tensional, dado que el TAC era normal y el cuadro no reunía los criterios de migraña común. No obstante, varios eran los datos que refutaban esa posibilidad: el inicio brusco en una paciente sin antecedentes de cefalea no es habitual en pacientes con cefalea tensional, así como la intensidad severísima del dolor, el cual suele ser referido mas bien como “un dolor que no mata pero que fastidia”.


Con todo lo anterior, el enfoque diagnóstico debe ser diferente: la intensidad del dolor y lo brusco del mismo nos obliga a profundizar en el síndrome de las cefaleas en trueno, caracterizadas por la aparición brusca e intensa, similar a una Hemorragia subaracnoidea (HSA en adelante); dentro de este síndrome se incluyen:

Cefalea tronante; similar a la de nuestro caso pero la duración es muchísimo más corta. Además, no se modifica con decúbito a diferencia de nuestro caso.
Hemorragia Subaracnoidea: la clínica es idéntica, pero a la exploración suele haber signos meníngeos (que esta paciente no presentaba en Urgencias) y los cambios posturales no modifican ni la intensidad ni el tipo de cefalea. En este caso, un TAC craneal normal no descartaría el diagnóstico ya que este se había practicado unas 96 horas tras el inicio del cuadro, siendo la sensibilidad del TAC en esos casos levemente superior al 50%.
Cefalea centinela:debida generalmente a la presencia de aneurismas, el dolor es parecido al descrito pero no asocia cambios con decúbito.
Disección arterial:suele asociar cervicalgia o cefalea más localizada, así como signos focales de modo claro que en este claro no se habían presentado. Tampoco relaciona cambios de la cefalea con variaciones posturales.
Trombosis de seno venoso: aun admitiendo el carácter pleomorfo de este proceso, la ausencia de factores predisponentes en la paciente ( no conviene olvidar el antecdente materno) y sobre todo, la mejoría de la paciente con el decúbito permite descartar esa posibilidad con relativa seguridad, ya que en el caso de las trombosis de seno se produce una Hipertensión intracraneal que provocaría el efecto contrario con el decúbito.
Síndrome de vasoconstricción cerebral reversible: generalmente se da en el contexto de partos, consumo de tóxicos y sustancias simpaticomiméticas, asociando además anomalías en la AngioRMN y datos de focalidad que la paciente no presentaba. Nuevamente el dato diferencial es la mejoría con decúbito.
Cefalea persistente de nueva aparición: en principio la duración del cuadro no permitiría etiquetarlo-aún- dentro de este grupo. Además, la intensidad de la cefalea es leve o moderada, con algún rasgo tensional, siendo diaria y permanente. No asocia modificaciones con el decúbito.
Quistes coloides del tercer ventrículo, apoplejía hipofisaria…se descartan con las pruebas de neuroimagen.
Cefalea por hipopresión licuoral:este perfil es el que más encajaba: la brusquedad del cuadro y la mejoría clara con decúbito, junto a las pruebas radiológicas solicitadas permitían emitir este diagnóstico de sospecha.


La cefalea por hipotensión licuoral es un cuadro que puede mimetizar diversos procesos clínicos, desde mareos inespecíficos a hemorragias subaracnoideas pasando por hallazgos EEG similares a los descritos en  estatus epilépticos no convulsivos. Su origen suele deberse a una fístula de LCR cuya localización asienta en la columna cervical y medio torácica. Junto al cuadro clínico fundamental (cefalea que mejora claramente con decúbito), la presencia de determinados hallazgos radiológicos es altamente orientativa.


Así, la existencia de un patrón de captación meníngeo regular, liso y uniforme (tan diferente al patrón de captación asimétrico, fino y perivértex que se puede ver en condiciones normales), la ingurgitación hipofisaria, el descenso de las estructuras troncoencefálicas contra el clivus y la herniación amigdalar son datos muy sugerentes de Hipotensión intracraneal. Puede detectarse de modo asociado colecciones subdurales que se suponen secundarias a la rotura de alguna de las estructuras venosas intracraneales, las cuales se hallan dilatadas como consecuencia de un fenómeno de compensación secundario a la pérdida de volumen de LCR.


De modo complementario, se han empleado técnicas complementarias como la gammacisternografía isotópica y el TAC con metrizamida (sobre todo en fístulas ventrales a la médula espinal, cuya detección es más compleja), a fin de poder optimizar el punto de fuga del LCR, si bien esto solamente reviste importancia en aquellos enfermos en los cuales la evolución no es buena tras aplicar un tratamiento conservador con reposo, hidratación, corticoides y cafeína.

Bibliografia: 
  • Sehgal AK, Sethi RS, Raghavan S, Namgyal PARadionuclide cisternography: A prudent investigation in diagnosing spontaneous intracranial hypotension.Indian J Nucl Med. 2013 Jan;28(1):42-4.
  • Schievink WI.Novel neuroimaging modalities in the evaluation of spontaneous cerebrospinal fluid leaks. Curr Neurol Neurosci Rep. 2013 Jul;13(7):358.
  • Franzini A, Messina G, Chiapparini L, Bussone GTreatment of spontaneous intracranial hypotension: evolution of the therapeutic and diagnostic modalities. Neurol Sci. 2013 May;34 Suppl 1:S151-5. doi: 10.1007/s10072-013-1364-2.
Coautores: 
Sergio Merino Hernando

Hoy queremos presentaros un caso que, aparentemente no aportará mucho desde el punto de vista científico, pero que a nosotros nos ha supuesto uno de esos puntitos de satisfacción con los que, al acabar la consulta del día, te vas para casa diciendo: " hoy sí ha merecido la pena".

Referencias
Discusión clínica del caso: 

El Síndrome de Piernas inquietas es una entidad altamente prevalente pero frecuentemente infradiagnosticado: en este sentido, los trabajos de Allen son esclarecedores. Así, se describe una alta tasa de desproproción entre el número de pacientes que refieren los síntomas clásicos de la enfermedad y el que recibe el diagnóstico pertinente.

A ello se le une el hecho de que asocia una alta tasa de morbilidad: el insomnio, la depresión, la fatiga y un aumento de la incidencia de patología cardiovascular son hehcos comunmente asociados al SPI.

Desafortunadamente, muchas veces la presencia de diagnósticos erróneos conlleva la aplicación de tratamientos incorrectos , sobre todo antidepresivos o neurolépticos sedantes (estos últimos en ancianos sobre todo) que pueden empeorar la clínica.

La aplicación de un sencillo cuestionario y de los criterios diagnósticos pueden ayudar en la detección precoz del cuadro, si bien la especificidad de los citados criterios dista mucho de ser perfecta (86% en las mejores series).

Respecto al tratamiento,  puede considerarse:

  • Una explicación concisa y clara acerca de la enfermedad y los síntomas que padece.
  • El abandono o limitación de la ingesta de cafeína y bebidas alcohólicas.
  • Supresión del consumo de tabaco, si bien se han descrito casos excepcionales de mejoría del SPI con el consumo de nicotina, como el descrito por Oksenberg.
  •  La retirada de aquellos fármacos con potencial capacidad para provocar o empeorar el síndrome: neurolépticos, antieméticos, Antidepresivos tricíclicos, algunos ISRS (Fluoxetina, paroxetina, Sertralina), Mirtazapina, antihistamínicos clásicos como Difenhidramina y Litio.
  • La actividad física estandarizada puede ser una alternativa muy útil en este apartado. Así, Innes describe en su estudio una mejoría de la clínica del SPI y de la comorbilidad mediante el empleo de sesiones de yoga semanales con posteriores refuerzos a domicilio. Una posible explicación relacionada con los beneficios del yoga en el SPI y la comorbilidad sería la disminución de los niveles del simpático vegetativo, un aumento del tono parasimpático ó bien la activación de determinados sistemas neuroquimicos que conlleven una neurotransmisión más positiva. Auckerman mostró resultados favorables en cuanto a la mejoría de la sintomatología mediante la aplicación de un programa de entrenamiento de resistencia aerobica en las extremidades inferiores tres veces por semana; diversos factores como la liberación de endorfinas, el aumento de la circulación sanguínea y la generación de dopamina podrían explicar estos hallazgos.
  •  La aplicación de dispositivos de compresión neumática se ha invocado como eficaz para el tratamiento del SPI. Esto se basa en el hecho de que esta aplicación promueve la liberación de Óxido Nítrico endotelial, con la consecuente mejora circulatoria, si bien los efectos sobre las estructuras venosas y linfáticas deben considerarse siempre. Una base similar se ha propuesto para el uso de luz infraroja. Los masajes locales también compartirían esta base fisiopatologica, además de la posible modulación de la actividad talámica a través de los tractos espinotalámicos.
  •  Otras terapias como el empleo de multivitaminas o acupuntura no han sido suficientemente validadas, si bien podrían tener su lugar mediante la estabilización homeostática o la estabilización de la capa nerviosa. El empleo de selenio a dosis de 50 mcg/día ha sido propuesto por algunos autores como el grupo de Rahimdel. Destacar que la eficacia es modesta y que las altas tasas de respuesta en pacientes tratados con placebo (hasta un 18%) obligan a tener cautela con esta medida.
  •  El empleo de terapia con hierro ha sido una opción clásica y ampliamente utilizada. Generalmente se empleaban 50-65 mg de hierro elemento con suplementos de 1 gramo de vitamina C tres veces al día, con objetivo de alcanzar unos niveles de ferritina de 60 ng/ml. Otra opción sería el empleo por vía endovenosa de nuevas formulaciones de hierro, evitando la de complejo dextrano a causa de las potenciales alergias. Diversos estudios de Banerji, Kryger y Bahndal refuerzan esta hipótesis. No obstante, en la reciente revisión realizada por Trotti, se concluye que no hay evidencia suficiente para recomendar el tratamiento con hierro para el SPI, apreciándose unicamente en alguno de los seis estudios analizados una discreta mejoría de la calidad de vida y una reducción de la sintomatología clínica.

Adicionalmente puede emplearse la terapia farmacológica: considerado el uso de Levodopa en formas intermitentes de la Enfermedad dado su riesgo de augmentation, han sido los agonistas dopaminergicos los que se han instaurado como piedra angular del tratamiento, generalmente adosis sensiblemente más bajas que las empleadas en la enfermedad de Parkinson. En general, todos son eficaces, si bien parece que el uso de Rotigotina se asocia a un menor riesgo de augmentation sobre el resto.

El empleo de Gabapentina o Pregabalina viene ampiamente recogido en la literatura, sugiriendose su utilización si la clínica es dolorosa o hay asociada una forma neuropática. También se sugiere su empleo en casos de augmentation. Otros fármacos que se han empleado con cierta frecuencia son los derivados opioides y benzodiacepinas (clonacepam sobre todo); referencias anecdoticas se han hecho con Valproato, Reboxetina, Bupropión y Clonidina.

En nuestro caso, empleamos Gabapentina en un triple intento de: mejorar sueño con su efecto sedante, mejorar las piernas inquietas y aliviar la sintomatología emocional que esta paciente presentaba...con una dosis de 800 mg en toma nocturna se logró: nuestra paciente hace vida normal y la sintomatología depresiva (con ideas ocasionales de suicidio, tal y como admitió en entrevistas posteriores) pasó a ser un mal recuerdo.

 

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Bibliografia: 


Sveinsson OA, Sigurdsson AP. Restless legs syndrome - a review.Laeknabladid.Jan;98(1):33-7. 2012.

Hening W, Walters AS, Allen RP, Montplaisir J, Myers A, Ferini-Strambi L:Impact, diagnosis and treatment of restless legs syndrome (RLS) in aprimary care population: the REST (RLS epidemiology, symptoms, and treatment) primary care study. Sleep medicine 5(3):237-246. 2004,

Berger K, Luedemann J, Trenkwalder C, et al. Sex and the risk of restless legs syndrome in the general population. Arch Intern Med.164:196–20. 2004.


Lyn Patrick, ND. Restless Legs Syndrome: Pathophysiology and the Role of Iron and Folate. Alternative Medicine Vol (12):2. 2007.


Connor JR, Boyer PJ, Menzies SL, et al. Neuropathological examination suggests impaired brain iron acquisition in restless legs syndrome. Neurology; 61:304-309. 2003.


Santos B et al, Síndrome de pernas inquietas, Acta Med Port.; 21(4):359-366. 2008.


Allen RP et al: Restless Legs Syndrome Diagnosis and Epidemiology workshop at the National Institutes of Health in collaboration with members of the International Restless Legs Syndrome Study Group. Restless Legs Syndrome: diagnostic criteria, special considerations, and epidemiology. A report from the restless legs syndrome diagnosis and epidemiology workshop at the National Institutes of Health. Sleep Med;4:101-119. 2003.

Hening WA et al. The four diagnostic criteria for Restless Legs Syndrome are unable to exclude confounding conditions (“mimics”) Sleep Med. October; 10(9): 976–981. 2009.
 

Garcia-Borreguero et al. Algorithms for the diagnosis and treatment of restless legs syndrome in primary care. BMC Neurology 2011, 11:28.

Coautores: 
Sergio Merino Hernando
Rafael Castrodeza Sanz, Elena Castro González, Cristina Buelta González
Javier Rodríguez Gómez, Arsenio Vázquez Feito

Paciente varón de 19 años de edad. Antecedentes familiares irrelevantes. Estudiante universitario. Niega consumo de alcohol o excitantes, tabaquismo, patologia bronquial o faringoamigdalitis recurrentes. Hace años presentó cefaleas etiquetadas de migrañosas, que cedieron de modo autolimitado, permaneciendo asintomático hasta la fecha presente. Había padecido sobrepeso, el cual se autolimitó con dieta y ejercicio.

Referencias
Discusión clínica del caso: 

La malformación de Chiari tipo 1 puede presentarse de diferentes maneras. La más frecuente es la cefalea, siendo común la asociación de signos piramidales, cerebelosos o afectación de pares craneales bajos1. Se han descrito casos de muerte súbita2, insuficiencia respiratoria aguda3 ó disautonomía con cuadros sincopales4 entre otras manifestaciones.
La apnea de sueño es una manifestación no infrecuente de la malformación de Chiari tipo 15. En ella se han implicado tanto fenómenos de afectación- bien isquémica o compresiva- de los centros respiratorios bulbares, como de tracción de los pares craneales distales; este último hecho explicaría la posible coexistencia de un componente obstructivo asociado como ya intuyera Levitt6. Sin embargo, la descripción de una apnea de sueño como única expresión clínica es muy escasa en la literatura: Campisi y su grupo describen el caso de una paciente de 54 años con infecciones pulmonares reiteradas asociadas a bronquiectasias y malformación de Chiari, pero en la exploración se recogen signos de fosa posterior7. Ankichetti y cols. describen el caso de una paciente con una malformación de Chiari tipo 1 que se tradujo en una insuficiencia respiratoria tras procedimiento quirúrgico, pero la paciente contaba síncopes tusígenos previos8. Brown9 sí refiere la presencia de una apnea central  en una paciente con obesidad mórbida que se resolvió tras cirugía. Zolty10 y Lam11 describen dos casos de pacientes sin hallazgos exploratorios relevantes y SAS con CM1 asociada, si bien en el último caso se constataba la presencia de cefalea de tusígena. Shiihara12 describe el caso de una paciente pediátrica con CM1 y apnea central del sueño como única manifestación.
Tenemos, pues, un caso de un paciente cuya única manifestación clínica es la de una apnea central del sueño, sin otros hallazgos por anamnesis o exploración. Esta situación es poco frecuente, ya que en la mayoría de los casos clínicos presentados, suelen asociarse datos clínicos o semiológicos que orientan a la existencia de esta patología como se ha expuesto previamente. Podría objetarse que el paciente había referido cefaleas, pero debe considerarse que éstas habían desaparecido años atrás.
A todo lo anterior se une el hecho de que el paciente no manifiesta repercusión de su apnea en el día a día, circunstancia que, de momento, ha llevado a una abstinencia terapeútica a pesar de la clara mejoría que se obtiene tras cirugía según los datos de series de pacientes13. No hemos optado por la aplicación de acetazolamida dada la poca evidencia a favor de su empleo; el efecto proarritmogénico de las teofilinas, unidos a la escasa evidencia de su utilidad en estos casos llevó a desechar esta opción. El empleo de los dispositivos CPAP ó BIPAP fue desechado por el propio paciente.
Presentamos este caso con el fin de recordar que la existencia de una apnea central conlleva la necesidad de realizar pruebas de neuroimagen, aún y cuando no presenten otra sintomatología asociada. También en la necesidad de valorar cada paciente de modo individualizado y tomando decisiones consensuadas.

Bibliografia: 

1. Paul KS, Lye RH, Strang FA, Dutton J. Arnold-Chiari malformation. Review of 71 cases. J Neurosurg. 1983 Feb;58(2):183-7.
2. Stephany JD, Garavaglia JC, Pearl GS.Sudden death in a 27-year-old man with Chiari I malformation Am J Forensic Med Pathol. 2008 Sep;29(3):249-50
3. Tsara V, Serasli E, Kimiskidis V, Papagianopoulos S, Katsaridis V, Fylaktakis M, Christaki P, Kazis A. Acute respiratory failure and sleep-disordered breathing in Arnold-Chiari malformation. ClinNeurol Neurosurg. 2005 Oct;107(6):521-4.
4. Lugaresi A, Zucconi M, Gerardi R, Sforza E, Contin M, Cortelli P, Cirignotta F. Autonomic failure in a case of Chiari malformation type I. Funct Neurol. 1987 Oct-Dec;2(4):511-3.
5. Dauvilliers Y, Stal V, Abril B, Coubes P, Bobin S, Touchon J, Escourrou P, Parker F, Bourgin P Chiari malformation and sleep related breathing disorders. J Neurol Neurosurg Psychiatry. 2007 Dec;78(12):1344-8.
6. Levitt P, Cohn MA.Sleep apnea and the Chiari I malformation: case report. Neurosurgery. 1988 Oct;23(4):508-10.
7. Campisi R, Ciancio N, Bivona L, Di Maria A, Maria GDType I Arnold-Chiari malformation with bronchiectasis, respiratory failure, and sleep disordered breathing: a case report. Multidiscip Respir Med. 2013 Feb 22;8(1):15.
8. Ankichetty SP, Khunein S, Venkatraghavan L. Presentation of  occult Chiari I malformation following spinal anesthesia. Indian J Anaesth. 2012 Nov;56(6):579-81.
9. Brown BJ, Habelt S, Koral K, Sacco D, Herman JH, Baker LA.Secondary nocturnal enuresis caused by central sleep apnea from Chiari malformation type 1. J Pediatr Urol. 2010 Jun;6(3):265-9.
10. Zolty P, Sanders MH, Pollack IF. Chiari malformation and sleep-disordered breathing: a review of diagnostic and management issues. Sleep. 2000 Aug 1;23(5):637-43.
11. Lam B, Ryan CF.Arnold-Chiari malformation presenting as sleep apnea syndrome. Sleep Med. 2000 Apr 1;1(2):139-144.
12. Shiihara T, Shimizu Y, Mitsui T, Saitoh E, Sato S Isolated sleep apnea due to Chiari type I malformation and syringomyelia. Pediatr Neurol. 1995 Oct;13(3):266-7.
13. Vieira Botelho R, Azeredo Bittencourt, LR, Rotta JM, Tufik S.The effects of posterior fossa decompressive surgery in adult patients with Chiari malformation and sleep apneaClinical article Journal of Neurosurgery April 2010. Vol. 112(4):800-80.

 

 

Coautores: 
Sergio Merino Hernando

Paciente varón de 76 años con antecedentes familiares irrelevantes. Antecedentes personales de tabaquismo muy leve ( una o dos farias a la semana) y vértigos de repetición desde hace años. Niega cefaleas.

Referencias
Discusión clínica del caso: 

Se define el dolor neuropático como aquel secundario a una disfunción o lesión del sistema nervioso, tanto a nivel central como periférico1. Una de las causas de dolor neuropático central lo constituyen los procesos cerebrovasculares, especialmente talámicos2. Para el tratamiento del dolor neuropático central, se han postulado pregabalina, lamotrigina y Topiramato especialmente3. Desafortunadamente son muchas las ocasiones en las que los efectos adversos limitan su uso.
En nuestro caso, la eficacia de Lidocaína tópica quedó demostrada al reducir la cuantía del dolor en porcentaje superior a Pregabalina, si bien la dosis alcanzada de ésta fue del 50% respecto a la máxima recomendada. Podría pensarse en una simple evolución nautral del proceso, donde Lidocaína no jugara ningún papel, pero dado lo escaso del decalage entre el inicio de la misma y la mejoría nos parece poco plausible.

Bibliografia: 

1. Yang CM, Chen NC, Shen HC, Chou CH, Yeh PS, Lin HJ, Chang CY, Cheng TJ, Lin KC. Guideline of neuropathic pain treatment and dilemma from neurological point of view. Acta Neurol Taiwan. 2012 Sep;21(3):136-44.


2. Krause T, Brunecker P, Pittl S, Taskin B, Laubisch D, Winter B, Lentza ME, Malzahn U, Villringer K, Villringer A, Jungehulsing GJ. Thalamic sensory strokes with and without pain: differences in lesion patterns in the ventral posterior thalamus.J Neurol Neurosurg Psychiatry. 2012 Aug;83(8):776-84.

3.  Vurdelja RB, Budincević H, Prvan MP. Central poststroke pain. Lijec Vjesn. 2008 Jul-Aug;130(7-8):191-5.


Coautores: 
Ángel Fernández Díaz
Rosa María Montaña Hernández

Os voy a relatar el caso de un varón de 75 años, sin alergias medicamentosas conocidas y con antecedentes de fibrilación auricular, hipertensión arterial y dislipemia. Se encontraba en tratamiento con acenocumarol, atenolol, simvastatina, pantoprazol e irbesartán en el momento de la consulta. El motivo de la misma consistía en una revisión de rutina de una miastenia gravis diagnosticada muchos años antes y por el que se encontraba en tratamiento con anticolinesterásicos (bromuro de piridostigmina oral) de forma exclusiva.

 

Referencias
Discusión clínica del caso: 

La miastenia gravis es un trastorno primario de la transmisión neuromuscular de causa inmunológica, generalmente adquirida, aunque existen casos secundarios a trastornos genéticos. La teoría fisiopatológica más aceptada es que se trata de un fracaso en la tolerancia inmunológica hacia antígenos propios y en la que el timo juega un papel fundamental. Existen dos picos de edad donde la enfermedad es más incidente, diferentes según el sexo. Así, en mujeres, el pico de edad se sitúa en la segunda ó tercera década de la vida mientras que en varones se sitúa en la sexta década de la vida.
El síntoma principal de la enfermedad es la debilidad muscular con fatigabilidad. Esta característica implica un aumento en el grado de la debilidad muscular con la repetición del movimiento ó del esfuerzo físico. Además implica la evolución cronológica típica de los síntomas con un singular empeoramiento vespertino. La debilidad se limita a músculos oculares en un 10-40% de pacientes. En el resto, existe una debilidad progresiva en los primeros años del curso de la enfermedad que incluye una afectación fluctuante inicial para pasar posteriormente a una fase activa con progresión franca.
Existe una gran prevalecía de patología tímica en la población de pacientes con miastenia gravis. En un 10% de estos pacientes se descubre un timoma, que suele tener un comportamiento benigno, con histología bien diferenciada y encapsulados. Hasta en un 70% de pacientes con miastenia gravis se puede encontrar hiperplasia del timo, reflejo de una respuesta inmune activa en sus centros germinales.

El test de Tensilón (cloruro de edrofonio) resulta positivo en hasta un 90% de pacientes con miastenia gravis. Pueden existir falsos positivos en casos de enfermedad de motoneurona con denervación activa y en patología de pares óculomotores.

Los anticuerpos frente al receptor de acetilcolina positivos en pacientes con clínica sugerente de miastenia gravis se consideran diagnósticos. Está indicada la repetición del estudio cuando resultan negativos en un paciente en el que exista una alta sospecha clínica de sufrir la enfermedad. Sin embargo la concentración de los anticuerpos en suero no es directamente proporcional al grado de debilidad muscular existente y por lo tanto a la gravedad de la enfermedad. Y, aunque casi todos los pacientes con miastenia gravis que además tienen timoma, son positivos para los anticuerpos frente el receptor de acetilcolina, éstos no sirven para predecir la presencia de timoma.

Los estudios neurofisiológicos resultan de gran utilidad en el estudio de la patología de la unión neuromuscular, y existen varias técnicas especialmente indicadas para acercar el diagnóstico de miastenia gravis.
En la estimulación repetitiva del músculo sintomático podemos encontrar una reducción de un 10% de la amplitud del potencial si se compara la respuesta del primer estímulo con la del quinto. Se deben de suspender los fármacos anticolinesterásicos al menos 12 horas antes de la realización de la prueba para evitar interferencias. Las alteraciones son más fáciles de detectar un músculos proximales. Es la primera prueba recomendada salvo en casos de formas oculares puras ó en forma leves con escasa sintomatología. En estos casos se prefiere la realización de electromiograma de fibra única de inicio.
El electromiograma de fibra única es más sensible que la estimulación repetitiva, y un jitter normal excluye alteraciones de la unión neuromuscular. La especificidad es más baja y se pueden encontrar un jitter aumentado en otras enfermedades que afectan las unidades motoras por lo que se recomienda la realización de electromiograma convencional para descartar falsos positivos.

Se debe individualizar el tratamiento de acuerdo con la edad, el sexo y la gravedad del paciente.

Los inhibidores de la colinesterasa retardan la hidrólisis enzimática de la acetilcolina en las sinopsis colinérgicas de manera que prolonga el efecto de ésta en la unión neuromuscular. El fármaco más usado es el bromuro de piridostigmina oral con dosis de entre 30-60 mg cada 4-8 horas. Los efectos adversos se deben a la acumulación de acetilcolina en los receptores muscarínicos de la musculatura lisa, glándulas autonómicas y receptores nicotínicos de musculatura esquelética. Se suele observar efectos digestivos:  náuseas, vómitos, diarrea y espasmos abdominales. Se puede producir un aumento de secreciones bronquiales y orales, que puede representar un problema en pacientes con insuficiencia respiratoria ó deglutoria.

La timectomía está recomendada en pacientes con timoma y en aquellos que sin presentar timoma, presentan una miastenia gravis generalizada de comienzo antes de los 60 años. La timectomía en pacientes con miastenia gravis ocular podría indicarse en pacientes jóvenes de comienzo reciente.

El uso de corticosteroides, por ejemplo prednisona, controla los síntomas de hasta un 75% de pacientes. La pauta más usada de prednisona suele ser la siguiente: se comienza con una dosis diaria de entre 1.5 y 2 mg/Kg y día con descensos progresivos en los siguientes meses hasta una dosis mínima de mantenimiento: en ocasiones se consigue llegar a dosis de 5-10 mg a días alternos. Existe controversia en cuanto a la decisión de suspender definitivamente el fármaco. Algunos autores recomiendan su retirada tras dos años de control absoluto de los síntomas con dosis mínima de prednisona. Si durante el proceso de reducción de dosis apareciera debilidad, se debería añadir un inmunosupresor antes de seguir descendiendo la dosis.
Aproximadamente un tercio de pacientes se vuelven más débiles de forma transitoria los primeros 7-10 días de comenzar con prednisona. Este empeoramiento transitorio puede ser grave en pacientes con síntomas orofaríngeos ó respiratorios, quienes pueden beneficiarse de un tratamiento previo con infusión de inmundo globulina endovenosa. Es recomendable el ingreso de estos pacientes al inicio de su tratamiento con corticoides para detectar de una manera precoz el posible empeoramiento y realizar las intervenciones necesarias que pueden incluir soporte ventilatorio en UCI.
Muchos de los pacientes con formas oculares de miastenia gravis consiguen una resolución completa de los síntomas con prednisona en monoterapia, aunque la asociación de otro inmunosupresor puede ser necesaria en otros casos.

De los múltiples inmunosupresores disponibles, el más usado en el tratamiento de la miastenia gravis es la azatioprina, que consigue la remisión sintomática de muchos pacientes aunque de una forma retardada: se suele tardar entre 4 y 8 meses en observar resultados y por lo tanto se debe de usar en combinación con corticosteroides de acción más rápida. Además, la azatioprina permite avanzar en la reducción de la dosis de corticosteroides en aquellos pacientes que han visto detenida la reducción de dicha bajada a causa de la reaparición de síntomas, y con ello minimizar el espectro de efectos adversos.
La ciclosporina oral es una alternativa de segunda línea si no hay respuesta a azatioprina ó nos vemos limitados en el uso de ésta por causa de efectos indeseados.
El mofetil micofenolato es capaz de producir un ahorro en la dosis de corticoides en casos refractarios y por su mecanismo de acción, se puede asociar sin problemas a ciclosporina.
La ciclofosfamida endovenosa se debe reservar para los casos graves, con afectación generalizada y refractarios a líneas anteriores de tratamiento.
Las inmunoglobulinas endovenosas se pueden usar como recurso a corto plazo ante empeoramientos clínicos bruscos y graves, como tratamiento previo a cirugía ó a la instauración de corticosteroides en población de alto riesgo a desarrollar un empeoramiento transicional, comentado previamente. Se podría usar como tratamiento intermitente en casos muy refractarios.

En el caso que nos ocupa, existió un diagnóstico erróneo motivado por un hallazgo neurofisiológico en un paciente con una serie de datos que hacían valorar otros diagnósticos alternativos: la edad de debut, la clínica poco específica y el hecho de que se mantuvo seronegativo de forma persistente.
Posiblemente la normalidad en la TC craneal realizada ayudó a liar más la madeja, descartando un problema vascular.
Sin embargo las consecuencias son graves: el paciente fue condenado a tratamiento con corticosteroides durante muchos años, estuvo a punto de ser timectomizado y mantuvo tratamiento con anticolinesterásicos muchos años más, circunstancia que pudo influir en el agravamiento de su leve disfagia.
Siempre se nos ha dicho, incluso desde los albores médicos en la facultad, que debemos replantearnos casi constantemente los diagnósticos de nuestros pacientes. Una especie de sueño manteniendo perennemente un ojo abierto, más aún cuando las piezas no encajan como deberían.
Es agradable comprobar que a pesar de que los frutos que dicha actitud reporta son escasos, merece la pena salvar un único individuo inocente de su cadena perpetua.

Bibliografia: 

AAEM Quality Assurance Committee. "Practice parameter for repetitive nerve stimulation and single fiber EMG evaluation of adults with suspected myasthenia gravis or Lambert-Eaton syndrome: summary statement. Muscle Nerve vol 24, pp 1236-1238.

Bedlack RS, Sanders DB. "How to handle myasthenic crisis: essential steps in pacientes care". Postgrad Med vol 107, pp 211-214.
Bedlack RS, Sanders DB. "Steroid treatment for myasthenia gravis". Muscle Nerve vol 25, pp117-121.
Ciafolini E, Nikhar NK, Massey JM, Sanders DB. "Retrospective analysis of the use of cyclosporine in myasthenia gravis". Neurology vol 55, pp 448-450.
Ciafolini E, Massey JM, Tucker-Lipscomb B, Sanders DB. "Mycophenolate mofetil for myasthenia gravis: an open-label pilot study". Neurology vol 56, pp 97-99.
de Feo LG, Schottlender J, Martelli NA, Molfino NA. "Use of intravenous pulsed cyclophosphamide in generalized myasthenia gravis". Muscle Nerve vol 26, pp 31-36.
Drachman DB, Jones RJ, Brodsky RA. "Treatment of refractory myasthenia gravis: rebooting the inmune system with high-dose cyclophosphamide". Neurology vol 58 suppl 3 pp A328-A392.
Granseth GS, Barohn RB. "Practice parameter: tymectomy for autoinmune myasthenia gravis (an evidence-based review). Neurology vol 55 pp 7-15.
Hoch W, McConville J, Helms S. "Auto-antibodies to the receptor tyrosine kinase MuSK in patients with myasthenia gravis without acetylcoline receptor antibodies. Nature Medicine vol 7, pp 365-368.
Palace J, Newsom-Davis J, Lecky B and the myasthenic gravis study group. "A randomized double-blind trial of prednisolone alone or with azatioprine in myasthenia gravis". Neurology vol 50, pp 1778-1783.
Rostedt A, Sanders LL, Edwards LJ. "Predictive value of single-fiber EMG in extensor digitorum communis muscle in patients with ocular myasthenia gravis: a retrospective study". J Cln Neuromusc Dis vol 2, pp 6-9.
Sanders DB, Andrews PL, Howard JF, Massey JM. "Seronegative myasthenia gravis". Neurology vol 48, suppl 5 pp 540-545.
Weinberg DH, Rizzo JF. "Ocular myasthenia gravis: predictive value of single-fiber EMG". Muscle Nerve vol 22, pp 1222-1227.

Coautores: 
Sergio Merino Hernando
Cristina Buelta González

Paciente de 55 años de edad. Antecedentes familiares irrelevantes. Antecedentes personales de dislipemia leve a tratamiento con Atorvastatina 10 mg/24 horas y hábito tabáquico muy leve (menos de 2 cigarrillos/día). Acude remitido desde Urgencias por presentar episodios de inicio ictal, en reposo, de pérdida brusca de memoria anterógrada, con conservación del nivel de conciencia y sin datos deficitarios en extremidades, trastorno del lenguaje o de la orientación auto y alopersonal.

Referencias
Discusión clínica del caso: 

La amnesia global transitoria es una entidad relativamente frecuente en la practica diaria1.2. Se han descrito aproximadamente 1500 casos en la literatura3. Sus criterios diagnósticos fueron descritos por Caplan4, siendo Hodges y Barrow quienes los desarrollan posteriormente5 . Basicamente comprende un cuadro de pérdida de memoria anterógrada severa y retrógada de intensidad variable, siendo el resto de esferas normales; dentro del diagnóstico diferencial deben incluirse las amnesias postraumáticas6 y la amnesia asociada a AIT. Las amnesias psicógenas suelen darse en personas con trastornos de personalidad previas7, siendo características la afectación selectiva de la memoria retrógrada con especial afectación de hechos autobiográficos, así como la presencia de hechos o desencadenantes estresantes.
Finalmente, la amnesia epiléptica transitoria puede ser una de los posibles procesos simuladores de esta entidad8. A diferencia de la AGT, los episodios son mas recortados, suelen concentrarse al despertar y, en ocasiones, el paciente refiere tener recuerdo parcial del episodio, hecho que es poco frecuente en la AGT9. La presencia de anomalías epileptiformes, la mejoría o desaparición de los episodios con la aplicación de fármacos anticomiciales, así como la mayor repetición de los mismos en comparación con la AGT son datos que ayudan al diferencial.
Por tanto, en pacientes con cuadros sugerentes de amnesia global transitoria recurrente debe pensarse en procesos comiciales, como en el caso que nos ocupa.

 

Bibliografia: 

1. Matías-Guiu J, Blanquer J, Falip R, Oltra A, Martín M. Incidence of transient global amnesia in Alcoi (Spain). Acta Neurol Scand 1992; 86: 221.

2. Miller JW, Petersen RC, Metter EJ, Millikan CH,Yanagira T. Transient global amnesia: clinical characteristics and prognosis. Neurology 1987; 37: 733-7.


3. Zeman A, Hodges J. Transient global amnesia and transient epileptic amnesia. In Berrios GE, Hodges JR, eds. Memory disorders in psychiatric practice. New York: Cambridge University Press; 2000. p. 187-203.

4. Caplan L. Transient global amnesia. In Fredericks JAM, ed. Handbook of clinical neurology. Amsterdam: Elsevier Science; 1985. p. 205-18.

5. Hodges J, Warlow C. Syndromes of transient amnesia: towards a classification. A study of 153 cases. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1990;53: 834-43.

6. Goldenberg G. Transient global amnesia. In Baddeley AD,Wilson BA,Watts FN, eds. Handbook of memory disorders. Chichester, UK: JohnWiley & Sons; 1995. p. 109-33.

7. American Psychiatric Association. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-IV-TR (ed. española). Barcelona: Masson; 2005.

8. Kapur N. Transient epileptic amnesia: a clinical distinct form of neurological memory disorder. In Markowitsch HJ, ed. Transient global amnesia and related disorders. Ashland: Hogrefe & Huber; 1990. p. 140-51.

9. E. Marín-García, J.M. Ruiz-Vargas Amnesia global transitoria: una revisión. I. Aspectos clínicos. Rev Neurol 2008;46(1):53-60.

Coautores: 
Esteban Peña LLamas
Cristina Fernández García

Los síndromes neurológicos paraneoplásicos son un grupo heterogéneo de alteraciones asociadas al cáncer sistémico causados por mecanismos diferentes de la extensión metastásica, déficits metabólicos o nutricionales, infecciones o coagulopatías asociadas o efectos secundarios del tratamiento antineoplásico. Pueden afectar a cualquier parte del sistema nervioso y dañar una o múltiples áreas.

Referencias
Discusión clínica del caso: 

Tanto la degeneración cerebelosa como la encefalitis límbica paraneoplásicas son patologías infrecuentes que suelen anteceder al diagnóstico del cáncer como ocurrió en nuestro caso. Entre estos, los más frecuentemente asociados son el cáncer de pulmón, mama y ginecológico y linfoma en el caso de la degeneración cerebelosa y el de pulmón, mama, testículo, timoma y linfoma en el de la encefalitis límbica. En particular el carcinoma microcítico de pulmón se asocia a un número desproporcionado y gran variedad de síndromes paraneoplásicos.
Aunque un resultado negativo de los Anticuerpos ( Ac) onconeuronales no excluye el diagnóstico de un síndrome paraneoplásico, los Ac anti – Hu son los más prevalentes en los pacientes con encefalitis límbica paraneoplásica  en cualquier tipo de tumor  y en la degeneración cerebelosa paraneoplásica asociada el carcinoma microcítico de pulmón y son estos pacientes , frente a aquellos en los que no se detectan Ac, en los que está descrito mayor probabilidad de afectación neurológica multifocal y en grado severo. En nuestro caso la determinación de Ac paraneoplásicos  fue negativa ( Ac antu-Hu, anti-Yo, anti Ri y anti-CV2).
Es esencial el tratamiento del tumor subyacente para la estabilización neurológica y, en algunos casos, la mejoría clínica,  y se ha descrito que el tratamiento con Inmunoglobulinas se asocia a un mejor pronóstico si se administra dentro de los tres primeros meses tras el inicio de los síntomas. La paciente que se presenta recibió tratamiento inmunomodulador  durante el ingreso, previo a la confirmación histopatologica de cáncer y posteriormente quimioterapia específica con mejoría clínica significativa de modo que en el momento actual, a seis meses de evolución tras el diagnóstico, existe estabilización clínica de su patología tumoral y cuadros de desorientación temporal y fluctuación del estado de ánimo transitorios sin otra sintomatología neurológica añadida.

Bibliografia: 

Dalmau J, Rosenfeld MR. Paraneoplastic syndromes of the CNS. Lancet Neurol 2008; 7: 327.
Gultekin SH, Rosenfeld MR, Voltz R, et al . Paraneoplastic limbic encephalitis: neurological symptoms, immunological findings and tumour association in 50 patients. Brain 2000; 123 ( Pt 7): 1481.
Rosenfeld MR, Dalmau J. Current Therapies for Paraneoplastic Neurologic Syndromes. Curr Treat Options Neurol 2003; 5:69.
Widdess-Walsh P, Tavee JO, Schuele S, Stevens GH. Response to intravenous immunoglobulin in anti-Yo associated paraneoplastic cerebellar degeneration: case report and review of the literature. J Neurooncol 2003; 63: 187.
Ducray F, Graus F, Vigliani MC, et al. Delayed onset of a second paraneoplastic neurological syndrome in eight patients. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2010; 81: 937

Coautores: 
Pelayo Brañanova López
Cristina Buelta González

El síndrome parkinsoniano muestra gran variedad de sintomatología y etiología. En ocasiones, diversas enfermedades degenerativas pueden simular una Enfermedad de Parkinsion idiopática. En este caso, los diversos test paraclínicos pueden ser de utilidad. Presentamos el caso de una paciente que  debutó con un cuadro parkinsoniano de evolución atípica. El empleo de la neuroimagen reforzó la sospecha diagnóstica inicial.

Referencias
Discusión clínica del caso: 

La Atrofia Multisistema (AMS) es un proceso degenerativo proteiforme. Dentro de sus manifestaciones clínicas, la presencia de un cuadro parkinsoniano, junto con la existencia de síntomas disautonómicos desproporcionados debe orientar hacia su existencia.

En el caso concreto de nuestra paciente, teniamos un cuadro parkinsoniano con poca respuesta a L-DOPA, si bien esto podría deberse al empleo de dosis bajas de la misma. No obstante, la marcada presencia de síntomas autonómicos precoces, unido a la intolerancia a la L-DOPA a pesar de administrarse en pequeñas cantidades, orientó nuestras sospechas hacia una atrofia multisistema.

En estos casos, la presencia de determinados datos radiológicos en RMN, como la presencia de una atrofia cerebelosa, la hipointensidad putaminal, la presencia de ribetes festoneados en el margen externo del putamen y la llamada “cruz pontina” o “hot cross bun”, son datos muy sugerentes-(aunque no patogomónicos) de AMS en el contexto clínico apropiado. 

Bibliografia: 

Schulz JB, Klockgether T, Petersen D, Jauch M, Muller-Schauenburg W, Spieker S, et al. Multiple system atrophy: Natural history, MRI morphology, and dopamine receptor imaging with 123IBZM-SPECT. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1994;57:1047-56.

Massano J, Costa F, Nadais G.Teaching neuroImage: MRI in multiple system atrophy: "hot cross bun" sign and hyperintense rim bordering the putamina. Neurology. 2008 Oct 7;71(15):e38.

Schrag A, Kingsley D, Phatouros C, Mathias CJ, Lees AJ, Daniel SE, et al. Clinical usefulness of magnetic resonance imaging in multisystem atrophy. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1998;65:65-71.

Coautores: 
Ana Escribano Gascón
Cristina Fernández García

Durante la gestación y el puerperio, se producen cambios fisiológicos que pueden suponer un factor de riesgo para la aparición de nuevas patologías neurológicas. Entre ellas, las entidades de origen vascular suponen un número de casos de incidencia no desdeñable. Se presenta el caso de una paciente puérpera que debuta con crisis comiciales en el seno de un trastorno isquémico agudo.

Referencias
Discusión clínica del caso: 

El síndrome de vasoconstricción cerebral reversible (VCR) es una entidad poco frecuente de etiología desconocida que se ha asociado al embarazo y al puerperio, también al uso de algunos fármacos. Cursa con cefalea explosiva y focalidad neurológica variable pudiendo debutar con crisis epilépticas de inicio focal. Las pruebas complementarias , fuera de la neuroimagen , no mostrarán grandes alteraciones, evidenciando la RM craneal lesiones isquémicas o hemorrágicas en diferentes territorios. La prueba diagnóstica de elección será la arteriografía, que mostrará áreas de vasoconstricción que alternan con áreas de dilatación en diferentes lechos vasculares, siendo un criterio diagnóstico la resolución de estas alteraciones a las 12 semanas.


En el caso que se presenta la paciente había presentado hemorragia abundante con shock hipovolémico, lo cual podía sugerir un mecanismo hemodinámico por bajo gasto como origen de las lesiones intracraneales. Sin embargo la arteriografía resulta diagnóstica, demostrando el vasoespasmo arterial generalizado.


El tratamiento es controvertido describiéndose en distintas series el uso de agentes bloqueantes de los canales de calcio, bolos de corticoides, sulfato de magnesio e incluso la abstención terapéutica manteniendo únicamente observación clínica, sin demostrar la superioridad de ninguno de ellos en cuanto a efectividad.


Se trata de un cuadro de buen pronóstico debido a la reversibilidad del trastorno arterial y de la mayoría de las lesiones. Sin embargo, si se mantiene el vasoespasmo durante un periodo prolongado pueden producirse infartos isquémicos o hemorrágicos y lesiones focales permanentes. Aunque se trata de una entidad poco frecuente, la sospecha clínica precoz permitirá establecer un diagnóstico correcto, evitando así posibles complicaciones y lesiones potencialmente severas o fatales.

Bibliografia: 

Aneesh B. Singhal, MD. Postpartum Angiopathy With Reversible Posterior Leukoencephalopathy. Arch Neurol. 2004;61:411-416. Anne Ducros, Monique Boukobza, Raphael Porcher, Mariana Sarov, Dominique Valade and Marie-Germaine Bousser. The clinical and radiological spectrum of reversible cerebral vasoconstriction syndrome. A prospective series of 67 patients. Brain (2007);130:3091-3101. Marcelo M. Valencia; Luciana P. A. Andrade-Valencia; Carlos A. Bordini; José Geraldo Speciali. Thunderclap headache attributed to reversible cerebral vasoconstriction: view and review. J Headache Pain (2008) 9:277–288. Leonard H. Calabrese, DO; David W. Dodick, MD; Todd J. Schwedt, MD; and Aneesh B. Singhal, MD. Narrative Review: Reversible Cerebral Vasoconstriction Syndromes. Ann Intern Med. 2007;146:34-44.